Solange de la Cruz Matos
DOS SISMOS, EN HAITÍ Y EN EL SUDESTE ASIÁTICO, CAUSARON MILES DE VÍCTIMAS
Destrucciones de un terremoto |
La bravura de la Tierra, cuando se manifiesta a través de agresivos fenómenos naturales, ocasiona numerosas muertes. Recordamos dos de ellos por la cantidad de víctimas mortales que originaron: el terremoto de Haití, en 2010, hará tres años el 12 de enero, y de cuyos efectos devastadores ese país no ha logrado recuperarse, y el terremoto submarino ocurrido en el océano Índico, en la costa oeste de Indonesia, el 26 de diciembre de 2004, ocasionando una serie de tsunamis que afectaron a 11 países localizados en su costa.
En cada caso, el número de muertes ha sido estimado en más de 200 mil, sólo que en Haití esa cantidad de víctimas ocurrió en un área inferior a los 27 mil kilómetros cuadrados que tiene su territorio, lo que evidencia la vulnerabilidad a la que está expuesta su población. En el océano Índico esa cantidad de víctimas mortales ocurrió en Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia, Somalia, Myanmar, Maldivas, Malasia, Tanzania, Bangladesh y Kenia.
En este caso el saldo trágico se ha estimado en 295,608 víctimas. Indonesia aportó la mayor cantidad, con 242,347 mil muertes, mientras que Sri Lanka tuvo la mayor cantidad de personas desplazadas: un millón y medio.
El tsunami, cuyo epicentro estuvo localizado a 120 kilómetros al oeste de Sumatra, Indonesia, a una profundidad de 30 kilómetros, tuvo una magnitud que originalmente se registró en 9.0, escala de Richter. Estudios posteriores, avalados por el Centro de Prevención de Tsunamis del Pacífico, indican que la magnitud estuvo entre 9.1 y 9.3, lo que lo sitúa como el segundo terremoto más grande registrado desde 1875, después del terremoto de Valdivia, Chile, en 1960.
El balance de muertes y desaparecidos coloca ambos episodios entre los diez desastres originados por fenómenos naturales más mortales de la historia actual.
Terremoto de Haití
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el seísmo de Haití tuvo una magnitud de 7.0 grados y una profundidad de 10 kilómetros, con su epicentro a 15 kilómetros de su capital, Puerto Príncipe. Luego del terremoto ocurrieron algunas réplicas; las más fuertes registraron magnitudes que oscilaron entre 5.1 y 5.9 grados.
En relación con las víctimas mortales, hay estadísticas no coincidentes. Numerosas fuentes indican que ocurrieron entre 200 mil y 220 mil muertes, en tanto, cuando se cumplió el primer aniversario de la tragedia, el entonces primer ministro Jean-Max Bellerive hablaba de 316 mil víctimas mortales, 350 mil heridas y más de un millón y medio de desplazadas.
Magnitud de los terremotos
La corteza terrestre está conformada por una docena de placas que tienen un grosor aproximado de 70 kilómetros, cada una con diferentes características físicas y químicas. Los terremotos son los movimientos bruscos que ocurren en la corteza terrestre.
El estudio de los terremotos se denomina sismología y la medición de su intensidad, que comúnmente se expresa en la escala Richter, se realiza a través del sismógrafo que registra la magnitud y la duración del fenómeno mediante las ondas superficiales, que viajan a través de la superficie terrestre y que producen la mayor vibración de ésta, y las centrales o corporales, que se registran en la profundidad de la Tierra.
Un terremoto menor de 3.5 grados, aunque es registrado por los equipos especializados, generalmente no se siente. Cuando su intensidad oscila entre 3.5 y 5.4 grados causa daños menores; de 5.5 a 6.0 grados, ocasiona algunos daños a edificios; de 6.1 a 6.9 grados puede ocasionar daños severos en áreas muy pobladas; de 7.0 a 7.9 causa graves daños (el de Haití estuvo en este rango), y de 8.0 ó más grados, la destrucción es total en las comunidades cercanas (en esta última clasificación estuvo el seísmo en el Índico).
La escala a la que hacemos referencia fue diseñada por el doctor Charles F. Richter, del California Institute for Technology. Este científico asoció la magnitud del terremoto con la amplitud de la onda sísmica, lo que redunda en la propagación del movimiento en un área determinada.
Solange de la Cruz Matos
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