Doha, 5 dic (PL) Los países industrializados frenan las negociaciones en Doha por la negativa a cumplir sus compromisos financieros para ayudar a los países del sur a adaptarse al cambio climático.
A dos días de clausura de la XVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco (COP 18) de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el camino para llegar a un acuerdo legalmente vinculante parece imposible, al menos en Doha.
De esa cifra 30 mil millones debían ser entregados en el período 2010-2012 y para el 2020 deben encontrarse en el Fondo Verde para el Clima, 100 mil millones para el 2020.
El negociador europeo, Pete Betts, dijo que en Europa los tiempos son duros para las finanzas y que no se podían comprometer para el 2015.
Por su parte, el negociador de Estados Unidos, Jonathan Pershing, fue mucho más tajante: "Si la cuestión es saber si habrá anuncios aquí sobre nuevas promesas, no es la cuestión adecuada".
Estados Unidos, que emite más del 20 por ciento de los gases de efecto invernadero, nunca ha ratificado el Protocolo de Kyoto.
Las naciones subdesarrolladas, más afectadas por los efectos devastadores del cambio climático y sin responsabilidad histórica en la ocurrencia de ese fenómeno, solicitan esa ayuda financiera de manera urgente.
"Queremos ver el dinero encima de la mesa antes de irnos", dijo el negociador de Gambia, Ousman Jarju, quien representa a los países pobres.
Los efectos del cambio climático se hacen sentir más que las negociaciones y afectan a los países árabes como Catar y a los de Africa del Norte.
Según un informe del Banco Mundial difundido en Doha, las temperaturas promedio en esas regiones se incrementarán en tres por ciento para el 2050.
Esa región que cuenta con la menor cantidad de agua dulce del mundo verá mermada aún más sus suministros que se reducirán en 10 por ciento para el 2050 y la demanda de agua potable se incrementará en un 60 por ciento.
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